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Paranoias mentales, Volumen 2.

Esto era una vez una duende que vivia en mi cabeza, este duende me decia que quemara cosas, yo le decía, pero no puedo, eso es delito, y me dijo, no, si quemas las leyes ya no es delito, yo le hice caso y las queme, al tiempo unos señores trajeados se presentaron en mi cas y me llevaron arrestado, yo prestando testimonio dije que un duende me habia dicho que quemara cosas, ellos no me creyeron, es lógico, iba apestando a alcohol y porros, y unas setas que me pillaron en el bolsillo de la chaqueta, ya dudo de si todo fue un sueño o es verdad que estoy encarcelado por asesinato e intento de suicidio, aquel moro me dijo que me cambiaba a mi novia por 4 camellos y 5 cabras, el muy cabron queria timarme, yo sabia que tu vales 20 camellos, 6 cabras y dos vacas, maldito Italiano, ahora esta bajo tierra, es minero, nunca pense que matar a mi psicologo me causara tanto problemas.

Paranoias mentales. Volumen 1

Eran las doce de la noche cuando toda la casa se quedo a oscuras, sentia ruidos extraños, no se si era por el pedo que llevaba, el gato que llevaba en la mochila o la gente que me habia preparado una fiesta sorpresa por mi cumpleaños, palurdos, pensaban que no los vi, yo no hice caso a los sonidos y fui a dormir, cuando sin mas dilatacion entro un tio con mascara a mi habiatacion y me puso una motosierra en la cara, lo invite a cenar, se lea veia con hambre, le prepare un bocata jamon, pobre, no le di el refresco, mi madre me llamo para decirme que mañana tengo cita con el psicologo, no se si ir, la ultima vez casi me caigo de culo, mira, una cucaracha.

La soleda.

La soledad, dicen que es deliciosa, que es pacifica, relajante, y en cierto modo lo es, pero entonces ¿porque a diario la gente entra en foros, redes sociales? ¿Acaso es su soledad menos buena que la del resto? Mi opinión es que la soledad es buena para poner en orden tus ideas, pero no es buena, la conexión con otras mentes, mediante el habla, la lectura, etc. Nos abre nuevos caminos que transitar en el complejo de nuestra cabeza. En ocasiones es cierto que quienes tienen una vida ultra social (y si, digo ultra a propósito) se sienten apabullados ante esta situación, no pueden pensar con claridad, son meros peleles de la sociedad, no pueden razonar, dan por hecho pensamientos masticados que si pudiesen admirar con detenimiento descubrirían que no aceptan, no les gustan. ¿La soledad es buena? No. ¿La insoledad es buena? ¡Tampoco! Todo queda dicho, hasta la rata de biblioteca más huraña necesita de la gente y hasta la cheerleader de instituto desea un respiro en los lavabos para poner en orden su cabeza. Entonces ¿qué ocurre con aquellos que desean los extremos? Se autoengañan, no son felices y aunque manifiesten que si, mienten, es todo una mascara de apariencia, desearían un poco más de libertad o un poco más calor humano.